La Veredilla, Peña del Halcón.

Domingo, 11 de Junio de 2017.


Apurando los finales de primavera, volvemos al monte. Como dijimos en la entrada anterior, dejamos preparada una ruta por la misma zona, así que hoy nos ponemos en marcha a ver lo que nos sale. Teníamos dos opciones, subir a los Vasallos desde el área recreativa de la Veredilla, por un vallejo que parece transitable y continuar por el Gr-66 en dirección a la zona que vimos en la entrada anterior, alargando aquella ruta, o coger dirección a la Peña del Halcón que nosotros conocemos bien, pero Mariano y Jose Antonio no han subido nunca. 

Al final nos decantamos por la Peña del Halcón, la opción del Gr transita por pista y optamos por llevarlos a tan privilegiado mirador serrano. Dejamos los vehículos en la puerta de la finca del Vasallo y pusimos rumbo al vallejo que sube desde la Veredilla a los Vasallos. Una vez allí buscamos los 1719 metros de altitud de la Peña del Halcón y bajamos un poco a recorrer las cornisas tan peculiares que tenemos sobre Tragacete. Al final otra mañana de monte y sierra de las que nos gustan, y en buena compañía, que mas se puede pedir!!!



Como finalmente subimos a las cornisas de la peña del Halcón, esta es una de las vistas más típicas de este paraje.

Pero empezaremos por el principio, caminando hacia la veredilla, bajo el Vasallo.

Otra mañana clara en esta primavera para olvidar, vamos intuyendo por donde subiremos.

Junto al albergue de la veredilla, empieza este vallejo que ascendemos en busca de nuestro destino.

Entre pinares y verdes praderas.

A pesar del fuerte desnivel, es ascenso es cómodo.

Jose Antonio, a punto de coronar el alto de la Peña del Halcón, sube como un corzo!!!!

Subimos al alto y buscamos una sombra para almorzar, estamos muy cerca de las cornisas que vemos sobre el pueblo de Tragacete, y tendremos que llevar a los chicos a conocerlas. Nosotros, que ya hemos venido varias veces, volvemos como si fuese la primera. Cada día descubrimos algo nuevo.


Una vez que nos situamos en los altos, no paramos de otear horizontes, aquí vemos el alto de la Bandera.

Un poco más de cerca.

Y la Mogorrita.

Y los pinares por los que hemos subido.

Con su pino seco, como buena cumbre serrana.

Cumplido el trámite del almuerzo, empezamos a asomarnos a las cornisas calizas, con la Bandera al fondo.

Y Tragacete a nuestros pies.

Cada día tiene una luz diferente, hoy estos farallones relucen como nunca.

Y los prados en los Centenares, allí abajo, buen pasto para los rebaños trashumantes que van regresando a la sierra en estos días de finales de primavera.

Venimos por la parte izquierda de esta imagen, luego bajaremos a ese mirador que intuimos tras los pinos.

No conocían estos lares, Mariano a punto de acabar con la memoria de la cámara.

No es para menos.

A cada paso hay algo que salta al objetivo, cada día una vista nueva.

Como esta en la que constatamos el imponente patrimonio forestal que conservamos en la Serranía de Cuenca.

Impresionante.

Nosotros vamos merodeando estos peñascos.

Muy fotogénicos.

Y aprovechamos para recordar rutas anteriores, hasta aquí hemos subido desde varios puntos de la sierra.

Vamos al punto cumbre de esta ruta de hoy.

Mariano, cuida su cámara como oro en paño.

Y Jose Antonio, un escalador de vocación tardía que nos pone los pelos de punta.

Estos miradores tan privilegiados bien merecen un sendero señalizado, tenemos un gran potencial en la sierra que no sabemos aprovechar.



Al final ha merecido la pena repetir destino, cada ruta es diferente y cada día encontramos nuevos puntos de vista. Además hemos encontrado otro vallejo por el que subir hasta aquí, que facilita mucho el acceso. Seguro que volveremos a este paraje para seguir conociéndolo mucho mejor. En este punto nos dedicamos a tomar imágenes del lugar. Luego volveremos monte a través hasta enlazar de nuevo con el vallejo por el que hemos subido y concluir nuestra ruta.



Caminar por estas fajas serranas tiene su punto.

Y estos dos también, jajajaja!!!!!!.

Hasta que llegamos al punto en que se corta nuestro camino, hemos de poner rumbo de vuelta.

Con el pueblo de Tragacete siempre presente allí abajo.

Y este peñasco caprichoso, que nos tiene embelesados.

Presidiendo el valle del Júcar.


Ya de vuelta, enlazamos con la cañada real.

Y en el albergue de la Veredilla, nos refrescamos en su fuente y pusimos punto final a la ruta.


Hoy la ruta no ha sido larga, no se trataba de hacer kilómetros, si no de explorar nuevos accesos a la sierra de Tragacete, los hemos encontrado y seguro que repetiremos. Finalmente nos refrescamos como es debido en El Tablazo, en Villalba de la Sierra, por dentro claro está.



Hasta pronto!!!




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