Tilos en Garcielligeros

Domingo, 12 de Marzo de 2017.


Otro Domingo al monte, y volvemos al tiempo primaveral en este final de invierno, la semana pasada nieve y hoy un sol radiante. El caso es que hoy vamos a descubrir otra de las joyas botánicas que guarda la Serranía de Cuenca, concretamente los impresionantes y centenarios Tilos que jalonan el cañón del río Júcar, en el paraje de Garcielligeros, un poco más arriba del manantial de Los Baños. Esta ladera del valle del Júcar no la habíamos recorrido nunca, muchas veces hemos bajado a Los Baños, o hemos caminado por el canal, pero hoy toca exploración.

Vamos a hacer una ruta circular, con muy poco desnivel, a pesar de lo escarpado de las laderas de este cañón. Entramos desde el camino que baja hasta el río, pero enseguida nos desviamos utilizando una antigua vía de saca que camina paralela al cortado calizo, iremos por debajo y volveremos por encima de los cortados, tras subir por el tremendo tajo que se abrió en la piedra para bajar materiales a la obra del canal.

La vía de saca por la que vamos a caminar, es determinante en el éxito de la ruta, la densa vegetación y el gran desnivel del cañón, harían muy penoso el avance hacia nuestro objetivo. Tan solo en un pequeño tramo perdimos la vía, pero enseguida encontramos pasos de animales, que también ayudan.



Ante esto, poco más que añadir.

Empezamos a caminar, y justo enfrente nos encontramos con la Piedra Yunque, ya iremos otro día por allí.

Enseguida nos adentramos en el pinar, caminamos por carril junto a las hileras de Procesionaria que está en plena actividad.

Y nos vamos asomando al valle, allí enfrente vemos el canal, y toda la cornisa del rincón de Los Lazos, que ya vimos en otra ocasión.

Nos asomamos un poco más adelante, en el fondo el río.

Con un escaso caudal para la época en que estamos, pero es lo que hay, la sequía este año no nos da un respiro.

Hemos cogido ya la vía de saca, precisamente esta vía puede haber sido el motivo de la caída de este enorme ejemplar de negral, los taludes quedan expuestos a la erosión, debilitándose el soporte de estos gigantes.

Otros aguantan a duras penas.

Con sus esbeltos troncos en competencia con el cortado, buscando la luz.

A todo esto, nos sentimos observados desde las alturas, luego pasaremos por allí, hay buenas vistas.

De pronto empiezan a aparecer los Tilos, estos viejos mastodontes, centenarios, Impresionantes.

Con sus troncos completamente colonizados por musgos.

Creciendo en laderas empinadas.

Ladera que pone a prueba el equilibrio si has de correr para salir en la foto.

Un ejemplar único.



Como curiosidad, apreciamos que estos Tilos no dejan de brotar de su cepa, en una constante regeneración.


Seguimos avanzando, vemos la vieja traza de la vía de saca a la derecha, casi desaparecida. Y los enormes Tilos que vamos encontrando.


Si nos asomamos entre la vegetación, vemos enfrente el canal, la ruta por allí tiene unas vistas del valle impresionantes también.

Pero lo que hoy nos ocupa es esta "Gran Reserva" de la serranía.

Estoy por asegurar que estos son los Tilos más longevos de la sierra.

Bajo la caliza tan estratificada, se forman abundantes pedreras.

Un poco mas cerca.

Nosotros seguimos nuestro camino, esta ruta es muy adecuada para el verano, en esta ladera por la que caminamos casi todo el rato vamos a la sombra.

Y siempre se puede bajar al río a refrescarse, luego subiendo otro sofocón.

Con esta perspectiva del canal se diría que son dos.

De repente aparece ante nosotros el majestuoso Picón de Royo Frío. 

Y el sifón del canal, sobre el barranco del Molinillo, siempre acostumbramos a verlo desde la parte contraria.

Estamos en un punto en el que ha desaparecido la vía de saca que traemos, hemos de llegar a aquel claro que vemos a la derecha de la foto, desde allí subiremos por la canal abierta en el cortado.

Un vistazo a los meandros que forma el río, y los bordes de La Muela de La Madera al fondo, antes de perdernos entre la maraña.

A saco, la cosa no tiene pierde, hemos de sortear bujes y espinos, pero siguiendo las sendas de paso de los animales, enseguida cogemos el hilo de nuevo.

No ha sido para tanto, enseguida salimos al claro del bosque, y seguimos viendo los bordes de La Muela, en dirección a Uña.

Y vestigios de la canal por donde bajaba la vagoneta con los materiales para la obra.

Picones.

Un último vistazo a Royo Frío, estaríamos horas aquí.

Pero hay que subir y conocer estas obras pretéritas, que como vemos están siendo convenientemente colonizadas de nuevo por el monte.

Aquí hubo un gran trabajo de desmonte y relleno.

Ahora tenemos que seguir todo este borde calizo, pero por arriba.



Dejamos atrás la canal.

Y nos situamos en esta meseta adehesada, gemela de la dehesa de la Losilla, al otro lado del río. A la izquierda quedan restos de los anclajes donde suponemos que habría algún cable para bajar la vagoneta.

En unos años más. se cierra el tajo con los espinos.


Ahora tenemos una nueva perspectiva del cañón del Júcar, La Solana de Uña, y por allí enfrente el mirador del Tío Cogote.

Y de Uña, con La Modorra al fondo.


Vista del cañón hacia abajo.



Y todo borde calizo o cresta, con sus pinos de imposibles hechuras.

Pasamos junto a la entrada del Asno, otro punto por el que se puede entrar al cañón, nosotros hoy no lo vamos a ver, ya volveremos otro día.

Mejor por aquí arriba, a la vuelta del último puntal, tenemos el vehículo.


Y con esta vista del Valle, con su ladera de robles esperando la primavera, y La Losilla allí enfrente despedimos esta entrada.

Parece mentira que a escasos metros de esta carretera serrana tan transitada, podamos encontrar un paraje con semejante riqueza biológica. Es final de invierno, los árboles nos han mostrado su porte desnudo, por eso siempre decimos que hay que repetir en distintas épocas del año. Esta ruta ya la tenemos apalabrada para primavera, cuando disfrutaremos del renacer de estas Joyas Serranas, pero no menos interesante será en otoño, volveremos en otoño para ver el cambio cromático antes de volver a su letargo invernal, prometido, ya lo iremos contando.

Os dejo el enlace con el trazado de esta ruta, hoy también singular como pocas:



Hasta pronto!!!


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