Estación de Los Palancares.

Domingo, 20 de Noviembre de 2016.


Por fin un día lluvioso, este otoño los echamos de menos, pero hoy el agua nos acompaña un buen rato. La zona de Los Palancares no la frecuentamos mucho, pero hoy se nos ha ocurrido acercarnos a ver la estación del ferrocarril, situada en medio de un paraje recóndito, al que únicamente se puede llegar por carriles o caminando, claro está, nosotros hemos venido a caminar. La ruta empieza junto a las torretas de vigilancia de incendios de Los Palancares, en el alto de las Cruces, pretendemos hacer una ruta circular pasando por la estación y por la ermita de Nuestra Señora de Los Ángeles, pero un gran cercado cinegético con carteles intimidantes nos hizo desistir de tal propósito, la ruta fue circular, pero sin completar el objetivo.

A pesar de no poder llegar a la ermita, la mañana nos ha dejado buenas sensaciones, Los Palancares son una gran extensión de terreno con grandes posibilidades para caminar, únicamente hay que prestar atención a los numerosos caminos y vallejos que podemos cruzar, al cabo de un rato y en un día de niebla como hoy, nos podemos encontrar totalmente desorientados.

Junto al campamento de La Hispanidad sale una pista que nos sube a la antigua casa de Los Palancares, otra casa totalmente en ruinas. Un poco más adelante, junto a la vieja torre de vigilancia forestal, dejamos el vehículo para comenzar la caminata por un vallejo, el de la hoz, que nos baja directamente al encuentro de las vías del tren, seguimos el trazado ferroviario caminando sobre el gran túnel hasta llegar a la estación, desde allí pretendíamos acercarnos a la ermita, pero ya digo que un gran vallado nos lo impedía, el caso es que pusimos rumbo de vuelta, esta vez por caminos hasta llegar al coche.



Plantas que colonizan las viejas construcciones.

Día completamente otoñal, ¡que ganas!. Empezamos la caminata, preparados para la lluvia que más tarde nos acompañará un rato.

Robles, pinos, carrascas, los colores se realzan con la lluvia.

Empezamos a bajar por este vallejo que nos sorprende gratamente con sus colores.


Para ir a la estación, podíamos ir de manera más directa, pero al empezar a bajar en busca de las vías decidimos seguir por el vallejo disfrutando de sus encantos.

Con los rojizos Arces, enseguida nos topamos con las vías del tren.

De repente las vías, que rompen un poco el encanto del lugar, pero claro....... por algún sitio ha de ir el tren. Nosotros hemos venido por la parte derecha de esta imagen, esto sería dirección Cuenca.

Y dirección Valencia el tren se introduce en el túnel.

Empezó a llover.


Llegados a este punto, solamente hemos de seguir el trazado del ferrocarril en dirección a Valencia y nos toparemos con la estación de Los Palancares. Cruzamos las vías y subimos a la parte alta del túnel, hay que tener un poco de cuidado y no despistarnos, ya que al no ver las vías podemos perder el rumbo, con brújula y mapa no hay pierde.



Hay mucha humedad, los tramos pedregosos están resbaladizos.


Vamos ganando altura y vemos el colorido del vallejo por el que hemos bajado, una maravilla.

Y de repente nos sorprende el tren, camino de Valencia.


¡Buen viaje!

Seguimos caminando por este bosque mixto, la lluvia nos da una tregua.

Pero lo que predomina por encima de todo en Los Palancares es el pinar.

Parece que estamos llegando, la estación se encuentra en mitad del monte, aquí solamente se puede llegar por caminos, caminando o en tren.

Rodeada de pinares y verdes alfombras.

Bajamos al andén, nos encontramos esta magnífica construcción, está bastante bien conservada de momento.

Conserva sus carteles.

Y conserva casi todas sus ventanas intactas, vemos algún cristal roto, el tablero que cierra una de las puertas ha sido abierto.

Esta ruta la hicimos a finales de Noviembre, siempre que pasamos por cualquier tipo de construcción en la sierra, lamentamos el abandono y olvido en que se encuentran. La estación ya digo que no está mal conservada, y en el momento de escribir esta crónica nos enteramos de una iniciativa de la Diputación Provincial para restaurar varias de estas estaciones abandonadas, a ver si lo consiguen y se les da un uso acorde con estos tiempos en que el turismo de naturaleza y montaña está en auge, mientras tanto máximo respeto al patrimonio de nuestra provincia.


Vemos la salida del túnel, por arriba hemos venido nosotros.


Cartel con su punto kilométrico.


Lógicamente, en este enigmático lugar, paramos para almorzar. Seguidamente intentaremos llegar a la ermita, tras un rato en la zona, imaginando los usos que tendría esta estación y recordando el trágico incidente acontecido en el túnel años atrás, seguimos nuestra marcha.



En días lluviosos nos recreamos un poco con estas menudencias.

La cuestión es que cuando se le ponen puertas al campo, pues se van al traste los proyectos. Nos topamos con un cercado cinegético tremendo, con su cartelería disuasoria incluida. Nosotros que somos bien mandaos nos dimos media vuelta, maldiciendo al propietario eso sí. Con lo sencillo que sería compaginar los usos del terreno, pero es lo que hay. 


¡Cuando quieras vuelves!



Emprendimos la vuelta, ahora iremos ya por camino, en medio de grandes pinares.


Y a finalizar la caminata nos encontramos con una densa niebla, y una fina lluvia. Este es el mayor problema en un monte como este, con muchos caminos que ir cruzando y donde no hay referencia de grandes montañas, días de niebla son muy propicios para el despiste.


El caso es que pasamos la mañana en el monte, disfrutando de un día de estos húmedo y fresco, típico de otoño, a ver si tenemos muchos más así.

Os dejo el enlace al trazado y perfil de esta ruta:




Hasta pronto!!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario