Arroyo Valduérguina, Pie Pajarón.

Domingo, 21 de Febrero de 2.016.


Entre la última ruta por Cañada del Hoyo, y esta de hoy, han pasado quince días en los que hemos tenido una gran crecida de los ríos en la provincia de Cuenca, debida a las torrenciales lluvias que se produjeron en la sierra el pasado fin de semana. Tantos meses de "rogativas" dieron su fruto. El caso es que han sido aguas pasajeras, igual que llegaron se marcharon, aunque nos han dejado el embalse de la Toba lleno y un poco más de agua en los barrancos y manantiales. Hoy vamos a remontar un pequeño tramo del Arroyo Valduérguina, que viene desde El Maillo recogiendo las aguas del monte Pie Pajarón, aunque comprobaremos que tiene un carácter completamente estacional, ya que a pesar de las lluvias pasadas, hoy está completamente seco, únicamente aparece el agua en nuestro recorrido de hoy en dos barrancos que veremos donde bajan aguas de manantiales de esta zona.

Dejaremos el vehículo junto al embalse, y remontaremos este barranco. Pero antes bajaremos a ver como las aguas han vuelto a su cauce y recobran el color verde.


El agua está a su máximo nivel, y esta mañana hace de espejo en este rincón.




Empezamos a caminar por este blanco y seco lecho, el terreno es muy poroso como veremos más adelante y se traga las aguas de cualquier manantial.




Pasamos bajo el viejo puente de la antigua carretera, empieza a dar síntomas de derrumbe, luego lo veremos a la vuelta.




El agua ha desaparecido del barranco, pero en las laderas encontramos mucha humedad que se va congelando en estas frías noches.




Esto es caliza pura, blanca reblanca.




Y un poco más arriba otro rincón helado.






Llegamos a un punto donde empieza a aparecer un poco de agua en el cauce, parece que la cosa promete, aunque pronto desaparecerá.


Por ambos lados del barranco acuden pequeños vallejos y barranquillos, que bajan el agua de fuentes y manantiales, es el caso de los dos que nos vamos a encontrar a mano izquierda según vamos subiendo.




Este primer "afluente", no sabemos como se llama, pero siguiéndolo en el mapa vemos que en su cabecera hay una fuente, la fuente del Tío Eugenio, y seguramente que alguna otra como la fuente de La Mina, que tampoco queda lejos. El caso es que luego bajaremos por este vallejo.




Nosotros seguimos hacia arriba por el barranco principal, entre un magnífico pinar.




Volvemos a encontrar agua, con las secuelas de la noche.




El caso es que aparece y desaparece.

Una de las cosas que siempre vienen a la cabeza viendo estas cristalinas aguas serranas, es que en cualquiera de estas pozas podríamos saciar nuestra sed en caso de necesidad, pero no debemos fiarnos de ninguna manera, ya que nos podemos llevar alguna desagradable sorpresa, un poco más arriba encontramos los restos de un joven ciervo hundidos en una de estas pozas, en un estado de descomposición ya muy avanzado, imaginamos que la potabilidad de estas aguas se resiente en estos casos.


La cuerna abrazada por el hielo.








Seguiremos camino, que parece que esto se estrecha.




Aunque enseguida se abre, en este punto vemos que las aguas proceden de otro arroyo afluente, en este caso si tiene nombre, es el de la Vertiente del Aguadero, Decidimos subir por el.




Este arroyo se vuelve saltarín, deslizándose sobre un lecho rocoso.




Aunque va entrando la mañana los hielos aguantan.




Vemos que aquí si corre el agua, agua que un poco más abajo es engullida por la caliza porosa para ir recargando acuíferos.




La orientación de este vallejo deja que el sol entre hasta el fondo.

Llegados a este punto, y sin llegar a remontarlo completamente salimos hacia los pajares del Pinillo, para ir buscando la vuelta.


Pero antes paramos a almorzar y observamos este joven pino abriéndose camino sobre el viejo tocón.




Hemos salido del barranco, venimos por estas lomas para buscar el otro barranco con agua que vimos al principio y bajar por el.




Enfrente vemos la Ceja de La Muela, por allí arriba también hemos caminado en varias ocasiones.








A lo lejos vemos también la casa forestal de Pie Pajarón, también estuvimos por allí otro día. Esta es otra de esas construcciones que terminará hundida completamente.




Y estos son los últimos vestigios de la existencia de los Pajares del Pinillo.




Se intuye un buen número de estancias. En fin, de restos como estos está plagada esta zona y en general toda la sierra.




Continuamos un poco por este viejo carril para bajar por esta loma de la derecha hacia el barranco.




Y nos volvemos a encontrar los hielos.




Estas aguas también bajan sobre losas de piedra.




Donde se forman pequeños saltos que no dificultan el caminar.








Las pequeñas pozas con aguas cristalinas.




Aguas que relucen con el sol invernal.




Y es que el agua es vida,

Un poco más abajo llegamos de nuevo al arroyo Valduérguina (ojo al nombrecito), arroyo que se traga todas estas aguas nada más recibirlas, por otro lado saldrán. Ya solamente nos que da desandar un kilómetro para llegar de nuevo a la cola del embalse donde comenzamos.



Volvemos a pasar bajo el viejo puente que por esta cara ha empezado a hundirse, es cuestión de tiempo verlo en el suelo.



Al filo del medio día concluimos la ruta, hoy ha sido corta y muy cómoda, pero no dejamos de sorprendernos con la infinidad de rincones dignos de conocer en la sierra de Cuenca. Seguiremos explorándolos. Hemos comprobado como las aguas de la semana pasada han sido como un espejismo, solamente nos queda esperar alguna nevada tardía que anime un poco la cosa.



Hoy no tenemos trazado y perfil de la ruta, pero con un vistazo a los mapas de la zona es muy sencillo seguir esta ruta, no tiene pierde.


Hasta pronto!!!



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