Los Tres Picos, todo un clásico.

Miércoles, 24 de Diciembre de 2.014.


Como empieza a ser costumbre nos reservamos para esta mañana del día de Nochebuena el recorrido por los tres picos, una ruta a caballo entre el senderismo y el turismo que resulta muy apropiada para estos días en que no queremos alejarnos mucho de la capital y que sirve de entrenamiento muy efectivo para retos posteriores, disfrutando de las maravillosas vistas de nuestro casco antiguo y las hoces de los dos ríos que lo abrazan.

Como de costumbre quedada para el café mañanero y nos ponemos a caminar afrontando el primer repechón, hoy no vamos a subir grandes cotas, pero el trazado es un constante sube y baja que a algún cuerpo "generoso" le hacen sudar a pesar de la helada de la mañana.

El primero de los picos es el del Cerro del Socorro, extremo más cercano a la capital de la Sierra de la Pila, donde se encuentra el monumento al Sagrado Corazón y que nos brinda grandes vistas de toda la ciudad incluido el casco antiguo. La verdad es que en esta ruta muy pocos son los tramos en que se pierde la vista de la ciudad.


Recibiendo los primeros rayos de sol de la mañana.




Lo de los cuerpos generosos no es por decir, a la vista está.

Conforme ganamos altura se nos despliegan grandes vistas.


El sol intenta ganar terreno a la helada mañana.





El cerro del telégrafo, que ya enseñamos ahora hace un año. Ruta por el telégrafo.






Girando alrededor del monumento podemos contemplar el casco antiguo de Cuenca, una pequeña parada para recobrar el aliento y tomar alguna imagen y comenzamos a descender por el viacrucis hacia el convento de San Pablo.


Puente de San Pablo, enseguida pasaremos bajo el.




En el centro de la imagen la torre de Mangana, un poco a la derecha el barrio de San Antón, por donde terminaremos la ruta.




Otra vista del barrio del Castillo y la calle de San Pedro.







La hoz del Huécar.

Nosotros continuamos nuestra caminata en busca de las Casas Colgadas, que pronto saldrán a nuestro encuentro. Hoy las sendas tienen muy buen firme y caminamos a buen ritmo.







Hoy la piedra es una de las protagonistas de la mañana.





Vamos descendiendo y frente a nosotros aparece el siguiente escalón, el barrio del Castillo con su antigua prisión.


La antigua cárcel se alza sobre la caliza de Cuenca.




Las casas se asoman al vacío.




Aquí vemos parte de la hoz del río Huécar, muy transitada por caminantes de asfalto, entre los que también me incluyo.
Hoy no toca cruzar el puente, bajaremos al fondo del valle del Huécar para pasar por debajo en busca de la senda de los hocinos que nos suba al barrio del Castillo.


Como es temprano todavía no hay mucho trajín en el puente.






Una vez cruzado el río junto al moderno teatro auditorio vamos a tomar unas vistas desde la parte de abajo.


El antiguo convento de San Pablo, hoy Parador de turismo.




Las Casas Colgadas, sobre la roca.




Poco a poco el sol gana terreno.




Aquí es que todo es mar de piedra.










Y vuelta a subir, esta vez por el sendero local de los hocinos, que nos llevará a lo alto del cerro de San Cristobal, sobre el barrio del Castillo y donde están las antenas de comunicaciones que dan servicio a la capital.

Ya digo que hoy es puro disfrute.




Volvemos a ganar altura, miramos atrás y otra gran imagen.






Ahora transitamos por zona de solana y la mañana se templa un poco. Durante todo el recorrido hemos tenido la imagen de Cuenca, ahora hemos de subir a las antenas, segundo pico, y a partir de ahí nos separamos un poco del casco urbano.


En el centro la iglesia de San Pedro.




Subiremos a las antenas.

Dejamos el barrio del Castillo y por otra buena senda llegamos a las antenas, que afean un poco el entorno pero en algún sitio tendrán que estar.


Nos vamos alejando un poco de la capital.









Ahora estamos en el cerro de San Cristobal, entre las dos hoces, del Huécar y del Júcar, un punto más o menos intermedio de la ruta y el más alto de los picos, en este punto coincide el trazado con el sendero Gr-66 que viene de Buenache de la Sierra, recorremos unos metros por dicho sendero y nos desviamos a buscar la bajada al río Júcar por una senda en el paraje de la buitrera que nos conduce a las Grajas.






Esta es la hoz del Júcar.

Volvemos a la umbría y encontramos rincones cubiertos de escarcha, hasta bajar al Júcar por sendas heladas.


Cruzaremos la carretera de San Isidro y continuamos hacia el río.




Mucho frío en esta foto.













Hasta llegar al valle del Júcar, ahora ya con sus colores plenamente invernales y sus aguas tranquilas, hoy no hace viento y el agua es casi un espejo.




Volvemos a cambiar de ladera para subir a la ermita de San Julian el tranquilo y al cerro de la Merced, tercero de los picos de la mañana y que nos ofrece otras grandes vistas de la ciudad.

Ahora al solecillo que se agradece.




Aunque el hielo se resiste a los encantos del sol.

Subiremos por el acceso a la ermita, bien acondicionado aunque bastante vertical, con escalones y rampas, y hasta su barandilla.






Allí arriba la zona de donde venimos, abajo el Júcar.




Ermita de San Julian.








Aquí podemos observar lo sinuoso de la hoz, en dirección a la sierra de Cuenca.


Para subir al cerro de la Merced, sobre el barrio de San Antón, hay que superar otro repecho bastante empinado, pero sin ninguna dificultad.













Esta es una zona menos transitada, pero las vistas desde luego que merecen la pena.


El castillo y la antigua cárcel vistos desde el lado contrario.




Las Antenas que vimos hace un rato.








A la izquierda de la imagen la Catedral, hacia la derecha la torre de Mangana y el seminario, detrás el barrio de tiradores.












Ya estamos sobre el barrio de San Antón,  con su iglesia, el puente sobre el Júcar y el comienzo de la ciudad moderna.






Ya solo nos queda bajar por la senda que desemboca en el barrio de San Antón y callejeando un poco por Cuenca retornar al punto de inicio de esta ruta.


Una visita a la estrella de Oriente que nos ilumina en estas noches Navideñas.




Entramos en la ciudad.




Ahora volveremos a cruzar el Júcar y transitaremos junto al Huécar.




El cormorán esperando el desayuno.




El Júcar, el seminario en lo alto y sobre este el cerro del Socorro.

Aunque el final de la ruta es por las calles de Cuenca, lo hacemos remontando el Huécar al borde del casco antiguo y su muralla.


El parque del Huécar, con la torre del Salvador de frente.




Restos restaurados de la antigua muralla de Cuenca.





Y unos patos para rematar la mañana.


Total que pasamos la mañana caminando, intentando hacer hueco para asumir las comilonas que se avecinan, y disfrutando de este entorno privilegiado que nos pone en plena naturaleza a un minuto de casa.


Os dejo el enlace al trazado de la ruta:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5833662


Hasta pronto!!!!




3 comentarios:

  1. Una de las rutas más entrañables que os he visto, porque es un recreo para los ojos y para el sentimiento de una Conquense. Que bonitoooooo.
    Besos.

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  2. Esta ruta es el mejor ejemplo que vivimos en una ciudad con mucha suerte, en cuanto a senderismo se refiere. Sin coger el coche, tenemos senderismo espectacular, Historia, vista magníficas y subida a cerros.
    Un saludo.

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